Portada > Temas Especiales > Entrevista al Embajador
Entrevista con Ju Yijie, Embajador de la República Popular China (ÚLTIMAS NOTICIAS)
2007-01-25 00:00

"Creo que las empresas chinas pueden sobrevivir en Venezuela"

Hugo Prieto

ULTIMAS NOTICIAS

Domingo, 17 de diciembre de 2006

Luego de aprender el idioma español, Ju Yijie inició su carrera diplomática en Venezuela como agregado de prensa en los años 80. A estas alturas no sólo habla fluido con cualquier interlocutor del patio sino que también se permite hacer ciertas bromas. El sentido del humor sirve para romper el hielo y abordar temas que van desde los cambios económicos que transforman radicalmente el mapa de su país hasta la incursión de PetroChina en la faja del Orinoco. La legislación venezolana que ha impuesto el gobierno del presidente Chávez es "más rígida, pero permiten hacer negocios y explorar beneficios mutuos". El desarrollo económico y el crecimiento se traducen en cambios culturales, sociales y políticos. Si la pobreza era una regla general en China, ya no lo es. Las diferencias entre regiones es más visible y algo similar ocurre con el ingreso de la gente. La tarea del Partido Comunista es construir "una sociedad de armonía", porque de lo contrario se estarían creando las condiciones para que "haya una nueva revolución".

¿El concepto "un país dos sistemas", implantado en China tiene rango constitucional? ¿Puede el modelo económico sustentado en el mecanismo de la propiedad privada y la inversión sobrevivir en el socialismo?

La Constitución china define claramente el modelo político: el socialismo, que en nuestro país tiene sus peculiaridades y características. Vivimos lo que podríamos llamar la etapa primaria del socialismo. Ciertamente, en centros académicos y de investigación hay un debate sobre lo que ocurre en China. ¿Socialismo o capitalismo? Pero lo que estamos haciendo en China es un modelo propio, no es para que lo vean otros. Es un modelo aceptado por el pueblo. Lo vamos a hacer y lo seguiremos haciendo. Mientras que el concepto "un país dos sistemas", es una política del gobierno para resolver los problemas de Hong Kong y Macao, que fueron enclaves coloniales impuestos por la fuerza por otros países (Inglaterra y Portugal). Incluso, es un modelo que podría contribuir a resolver el problema de Taiwán, que es una provincia separada luego de la guerra civil, que oficialmente no se ha declarado terminada. Se ha dicho que este concepto es un invento del desaparecido Den Xiao Ping, pero yo creo que es producto de la sabiduría del país y de la dirigencia del Partido Comunista y obedece a la necesidad y a las circunstancias históricas de China.

El "concepto un país dos sistemas" sirvió para darle continuidad a las economías de Hong Kong y Macao, orientadas a la iniciativa privada y la inversión. ¿China ha abierto su economía?

Los cambios que se han operado en Hong Kong y Macao son de índole política. Su política exterior y de defensa pasaron a la soberanía china, pero sus economías siguen igual. En varias oportunidades, Hong Kong, por ejemplo, ha sobrepasado a Estados Unidos como modelo de economía de libre mercado. Pero hay que tomar en cuenta que el gobierno central siempre ha apoyado a la economía de Hong Kong y lo ha hecho a conciencia. En cuanto a China, la empresa privada desempeña un papel cada vez más importante. Las empresas estatales siguen jugando un papel muy importante (representan más del 50% del ingreso fiscal), pero si la estadística toma en cuenta el Producto Interno Bruto (PIB) son las empresas de capital privado chino, las empresas mixtas y las empresas transnacionales las que hacen la mayor contribución. De las 500 primeras empresas transnacionales que hay en el mundo, 440 tienen presencia y operaciones en China, en todos los sectores de la economía, incluso en la investigación científica.

No se advierte una tendencia política similar. ¿Habrá cambios políticos en China?

Los ha habido al igual que ha sucedido en Venezuela, entre otras cosas, porque los cambios económicos traen cambios en lo social, lo cultural y lo político. Incluso en la forma del liderazgo. Eso es inevitable. Sin embargo, para hacer un planteamiento más explícito, hay que tener en cuenta la historia moderna de China. Desde la guerra del opio (1856) hasta la fundación de la República Popular China, el país sufrió mucho. La etapa moderna esta marcada por dos partidos muy importantes: el Partido Nacionalista Chino (Kuomintang) y el Partido Comunista. Si se hace una encuesta, incluso en Taiwán, a la pregunta ¿cuál de esos partidos ha hecho los mejores aportes a la nación? ¿Quién lo ha hecho mejor? Se han hecho diversas críticas, tanto a un partido como al otro, pero también ha habido una aceptación. Ahora, el poder siempre desgasta. Hacer un poder de oposición es más fácil que hacer un poder de gobierno. ¿Qué hacer con la corrupción? ¿Cómo elevar el nivel de vida de la gente? ¿Cómo cuidar los aparatos del Estado? Todo eso es responsabilidad del partido que está en el gobierno. Por eso el Partido Comunista Chino presta mucha atención a su propia conformación interna, a su formación ideológica, a sus prácticas políticas y a su estilo de trabajo.

Usted dijo que los cambios políticos eran inevitables. ¿Podría ser más específico?

El Partido Comunista Chino se está planteando una meta, una tarea para todos sus militantes: construir una sociedad de armonía y servirle al pueblo de todo corazón. Podría verse como una consigna, pero esa meta concierne trabajos muy concretos. El crecimiento económico de China, por ejemplo, contrae problemas: unos conocidos y otros desconocidos. Si la pobreza era algo común para todos, ya no lo es; las diferencias y desigualdades entre regiones no se reduce sino que se hace más visible; algo similar ocurre con el ingreso de las personas. La tarea del Partido Comunista es eliminar o reducir esas diferencias. Si no lo hace bien, a lo mejor está preparando las condiciones para que haya otra revolución. Ante la realidad actual y desde otro ángulo, el Partido Comunista ve al ser humano como lo fundamental. Esa meta concierne, además, una idea muy clara de respetar, cuidar y ayudar al desarrollo integral de las personas y de sus derechos. Eso es un cambio político.

¿El mundo es más seguro con una estructura de poder multipolar? ¿Piensa el gobierno chino que deberían surgir polos de poder en distintas regiones del planeta?

La humanidad tiene derecho a un mundo más tranquilo, más conveniente para vivir y progresar. La idea de un mundo multipolar proviene de la realidad que significa la unilateralidad, incluso la bipolaridad –la mitad del siglo XX, por ejemplo, estuvo marcada por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética–. China se está esforzando en alcanzar esa idea y quizás por eso coincide con la política exterior del presidente Chávez, en todos los organismos y en todos los temas importantes.

China ha suscrito varios acuerdos energéticos con Venezuela. Se tiene previsto instalar una fábrica de taladros de perforación de yacimientos de petróleo y, además, jugará un papel importante en la explotación de la faja del Orinoco. Durante mucho tiempo se esgrimió el concepto de que el transporte de crudo a China era inviable económicamente y que además no era nuestro mercado natural. ¿Qué establece la diferencia?

Al plantearse el intercambio comercial, creo que deben hacerse otras consideraciones, porque el petróleo es un recurso estratégico. China, como país, tiene su política energética. Actualmente, China consume cerca de 6 millones de barriles de petróleo diarios y su producción interna significa algo más de la mitad (3,5 millones de barriles). Entonces tiene que importar la mitad de esos recursos que provienen, básicamente, de Medio Oriente y Asía Central. China quiere diversificar sus fuentes de abastecimiento, tal como lo hacen otros países, incluido Estados Unidos. En América, China quiere tener a un país socio como fuente de sus importaciones. Eso coincide con la estrategia de Petróleos de Venezuela, que no sólo planea intensificar su exploración y producción sino diversificar sus mercados. Ciertamente, el mercado natural para Venezuela es el continente americano, pero si quiere buscar nuevos mercados en otros continentes, hay mercados en franco crecimiento: Japón, China e India. El transporte, sin duda, es más costoso, pero no es como la gente imagina. En el mundo naviero los costos se concentran en los puertos, embarque y desembarque, al igual que en el negocio aéreo: despegue y aterrizaje.

¿Cuáles son las principales aristas del proyecto que tienen en la faja del Orinoco?

PetroChina (CNPC) está participando en las áreas de exploración y explotación, al igual que lo hacen otras empresas o transnacionales. En mi opinión, creo que el nuevo marco legal venezolano regula mejor las actividades de las empresas extranjeras, porque los venezolanos tienen una idea más clara de lo que quieren hacer con su petróleo. Diría que la nacionalización del recurso se ha profundizado. Pero también influyen asuntos de índole puramente comercial. En realidad, China no tiene nada, porque todo depende de los lineamientos de PDVSA y el Ministerio de Energía y Petróleo.

¿Las condiciones que ha impuesto el gobierno de Venezuela y su legislación permite que las operaciones de CNPC sean rentables?

Creo que sí, porque de otro modo ya habríamos salido. Un país que tiene el recurso y permite la participación de empresas de otros países tiene que pensar en el beneficio mutuo. Creo que la impresión generalizada, actualmente, es que las leyes venezolanas son más rígidas, es una verdad, pero permiten que actúen y sobrevivan las empresas extranjeras.

¿Qué sobrevivan o hagan negocios?

Es lo mismo.

¿El proyecto para fabricar taladros es un acuerdo de gobierno a gobierno?

Tiene la aprobación de los dos gobiernos, pero en realidad es una operación puramente empresarial. Como primer paso, PDVSA va a adquirir en China cierta cantidad de taladros, pero las dos empresas (PDVSA y CNPC) están explorando la posibilidad de crear una empresa mixta y producir taladros en Venezuela.

Venezuela se ha convertido en el principal país receptor de inversiones chinas. ¿Qué papel jugará en el futuro?

Si se quiere ha sido un proceso natural, propio de las leyes de la economía. Creo que Venezuela y China se complementan. Venezuela posee recursos energéticos y China puede satisfacer las necesidades de Venezuela en equipos, maquinarias y en tecnología. Además de la revolución bolivariana, que es una bandera, el presidente Chávez quiere hacer muchas cosas y tiene una preocupación sincera de ayudar a los más pobres: vivienda, educación, salud, cultura, infraestructura y agricultura. China puede colaborar en todos esos campos. Eso, lógicamente, promueve los negocios entre ambos países y la presencia de empresas chinas en Venezuela. Claro, siempre depende de la voluntad y la decisión de la parte venezolana.

Registro verbal

En 2005, China desplazó a Gran Bretaña del cuarto puesto de las economías más importantes del planeta. En Occidente se da por descontado que la dirigencia comunista está obsesionada con alcanzar el desarrollo y se barajan plazos en los que otros países serán, igualmente, sobrepasados: Alemania, Japón y Estados Unidos. "No es algo que figure en la agenda del gobierno chino", afirma el embajador Ju Yijie. "Sencillamente es algo que ocurrió por la propia dinámica del país". Sin duda, el gigante despierta.

En lo que respecta a América Latina, China desplazó a Japón y Corea del Sur como principales inversores del lejano Oriente, con un monto equivalente a 50.000 mil millones de dólares. El dato es una gota de agua en el comercio internacional de China (apenas representa el 4%). "Hay un amplio margen para seguir creciendo", dice Ju Yijie.

En 2008 China organizará los Juegos Olímpicos. "El alcalde de Beijing (capital del país) y las autoridades del deporte quieren organizar unos juegos que superen a las Olimpiadas de Atenas". El desafío, sin embargo, dejó un acertijo en la mesa, que fue planteado al momento de la clausura de los juegos: "Ustedes crearon las Olimpiadas y sin duda han organizado una de las mejores en los últimos años. China se congratula y lo celebra, pero a la vez manifiesta su tristeza porque será muy difícil superarlos". Todas las instalaciones han sido supervisadas por las autoridades del Comité Olímpico Internacional. "Las Olimpiadas conciernen no solo la actuación de los deportistas sino la cara de la nación", afirma el embajador Ju Yijie.

Perfil

Ju Yijie nació en China central (Provincia de Honán). Tiene 60 años. Entre 1982 y 1986 fue agregado de prensa de la embajada china. En 2003 fue designado embajador y su misión debería concluir el próximo año. Es formado en Literatura y durante 34 años ha sido funcionario del servicio exterior.

Suggest To A Friend:   
Print